Escasa mano de obra.
Campos arrasados por las batallas.
Cambio de cosecha del cacao por café ya que este último era más barato al igual que el tiempo de cosecha.
La a mayoría de la población vivía en el campo y su subsistencia dependía de las labores del mismo.
Disminución drástica de las importaciones.
Los ingresos del estado que provenían de los impuestos de aduana bajaron a consecuencia de la caída de las exportaciones.
El comercio de importación y exportación comenzó a ser controlado por empresas comerciales extranjeras.
La propiedad territorial tuvo nuevos dueños (oficiales y soldados que lucharon en la independencia) (Decreto de haberes militares de Simón Bolívar, 17 de octubre de 1817). Sin embargo los que se aprovecharon de esta situación fueron los altos jefes militares que compraron a muy bajos las tierras destinadas a los soldados.
El latifundio permaneció intacto como forma de tenencia de la tierra, acentuando el caudillismo, las clases sociales y surgimiento de partidos políticos, entre otras.
En consecuencia; Los terratenientes, grandes comerciantes, los profesionales y los altos funcionarios de la administración pública, eran los grupos sociales que conformaron la élite dominante dentro de la sociedad. Esta élite era quien ejercía el poder político y gozaba de los mayores ingresos económicos, por lo cual poseían grandes privilegios sociales y culturales como la posibilidad de ser elegidos para cargos dentro del gobierno, recibir la mejor educación, viajar al exterior o ingresar a las universidades, por nombrar solo algunos.
El sector medio de la sociedad estaba conformado por los artesanos, pequeños comerciantes y los transportistas. En general era un sector con ingresos económicos suficientes, que residían en las ciudades y centros poblados y poseían al menos algún tipo de formación educativa (por lo menos nociones de lectura y escritura). Sin embargo, no eran elegibles para cargos públicos, ya que para ello era necesario un elevado ingreso.
El estrato más bajo de la estructura social lo conformaban el campesinado, los dependientes y empleados, y (hasta 1854, año en que e derogada la institución esclavista) los esclavos; este sector económico comprendía más del 80% de la población total del país, y era en quien recaía la mayor parte del esfuerzo productivo, siendo además un sector ampliamente empobrecido que vivía al margen de todo progreso económico, político, social y cultural.
Las exportaciones venezolanas 1830-1848.
En este período la participación del café en las exportaciones representó más de una tercera parte del valor total de las mismas, tendiendo a aumentar a casi la mitad del total al final del período señalado; el café conservó su puesto como producto líder en las exportaciones gracias al aumento constante de la producción, pues los precios tendieron a ser estables y en todo caso se inclinaron a la baja.
En cuanto al cacao, que ocupó el segundo lugar A continuación del café, su participación en el comercio exterior se mantuvo alrededor del 20% del total de las exportaciones venezolanas, lo cual lo coloca en un lugar privilegiado junto al café; la producción cacaotera aumentó lentamente durante este período, con algún retroceso inclusive, pero que se vio compensada por una constante tendencia al alza de su precio; en conjunto, el café y el cacao representaron en esos años del 50 al 70% del total del valor de las exportaciones venezolanas. El resto de las exportaciones principalmente lo constituyeron el añil, los cueros de res, el algodón y el ganado en pie (mular y vacuno).
Bases políticas y legales del nuevo estado venezolano
La constitución de 1830 adopto forma de gobierno Centro Federal, con algunos derechos autónomos como que las diputaciones de las provincias proponían los nombres de posibles gobernadores y establecimiento de concejos municipales.
Además la constitución estableció el principio de Útis Posidetis Juris (el territorio seguía siendo el que tenía la Capitanía General de Venezuela)
Dividió al territorio en 11 provincias: Caracas, Cumaná, Barcelona, Margarita, Carabobo, Maracaibo, Coro, Mérida, Barinas, Apure y Guayana, las provincias se dividían en cantones y el cantón en parroquias.
Los venezolanos casados o mayores de 21 años que sabían leer y escribir gozaban de lpos derechos ciudadanos, siempre y cuando cumplían con estos derechos: Ser dueño de una propiedad con renta superior a 50 pesos, Tener profesión u oficio; Poseer una industria que produjera 100 pesos anuales. Estos considerados ciudadanos eran los únicos que podían votar.
Estableció el voto por grados y la división de poderes en: poder ejecutivo, legislativo y judicial, el presidente y vicepresidente duraban 4 años en sus funciones y no podían ser reelegidos inmediatamente.
La constitución de 1830 fue considerada clasista pues a pesar de colocar a sacerdotes y militares en las mismas condiciones que el ciudadano común, mantuvo vigente la esclavitud y la pena de muerte
DEUDA EXTERNA
Luego del desmembramiento y separación de lo que se conoció como la Gran Colombia, compuesta por Ecuador, Venezuela y Colombia propiamente dicha, la deuda contraída por la nación durante la guerra de independencia fue repartida proporcionalmente entre los tres países que la formaban. La parte que le tocó pagar a Venezuela alcanzó a la cantidad de 34 millones de pesos (28,5%), a Colombia el 50% y a Ecuador el 21,5%. Con esta deuda externa se inició la República Independiente en 1830.
Separada Venezuela de la Gran Colombia, y en manos del caudillo José Antonio Páez, a partir de 1831 la república contrajo nuevas deudas, debido a las guerras civiles; las condiciones desfavorables en que fueron negociados los empréstitos; las reclamaciones injustas y exageradas que hacían gobiernos y súbditos extranjeros; el peculado y la corrupción administrativa, que sirvió para que gran parte de los empréstitos fueran a parar a manos de los gobernantes de turno.
La falta de cumplimiento de los pagos y las injustificadas reclamaciones de daños sufridos por empresas extranjeras, hicieron aumentar considerablemente el monto de la deuda, que a finales del siglo XIX llegaba a más de 350 millones de bolívares. Los acreedores extranjeros aprovechaban la crisis para presionar a los gobiernos en demanda de la cancelación. El incumplimiento en los pagos sirvió en muchos casos para justificar la intervención extranjera en los asuntos internos de Venezuela, apoyando y financiando movimientos miliares contra el gobierno, con peligro de la soberanía y de la integridad territorial de nuestro país.
Esta política de intervención y de cobro compulsivo hizo crisis durante el gobierno de Cipriano Castro, cuando barcos de guerra de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y Estados Unidos establecieron un bloqueo de nuestras costas, se apoderaron de barcos venezolanos, desembarcaron tropas en La Guaira y Puerto Cabello y demandaron el pago inmediato. Fue éste el más grave conflicto internacional que ha tenido la república.
Superada la crisis, el problema de la deuda se sometió a un arbitraje, y se firmaron los protocolos de Washington en 1903, ,terminando así el bloqueo y la intervención extranjera contra Venezuela. El gobierno de Castro se comprometió a destinar el 30% de sus ingresos por concepto de impuestos de aduanas, al pago de la deuda, y se establecieron comisiones mixtas para justipreciar las reclamaciones. El resultado final puso en claro lo exagerados de los reclamos y la injusticia que se cometió con nuestro país; así como las ocultas intenciones de las grandes potencias que, además del cobro de la deuda, tenían como objetivo apoderarse de territorios venezolanos.
En los años que siguieron al bloqueo, el presidente Castro perdió el podery Juan Vicente Gómez, con la ayuda de los mismos intereses que habían conspirado contra Venezuela, se alzó con el mando y estableció una férrea dictadura de 27 años, durante los cuales colmó de ventajas y facilidades a las empresas extranjeras, que establecieron su dominio económico en el país. Estos cambios políticos permitieron al gobierno disfrutar de un largo período de bonanza económica y, en 1930, centenario de la muerte de El Libertado, canceló la deuda externa de Venezuela.
Tomado de: Arias A., Alberto. Lecciones de historia moderna y contemporánea de Venezuela. Editorial Romor, caracas, 1995.
4 comentarios:
Me pareció excelente
hmmm esta mas o menos ni mala ni buena pero me sirvio de mucho grax amigo
esta mas o menos buena la informacion pero bueno
hola estupidos jajajajjajajajajajjajajajaj
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