Alberto Adriani y Arturo Uslar Pietri: Dos tesis sobre el ingreso
petrolero y la Agricultura
en Venezuela, pensamiento vigente
Alberto Adriani (1931-1936) Primera
propuesta
El café
representó para Venezuela el principal producto de exportación, casi desde el
nacimiento mismo de la
República. La historia económica del siglo XIX, sus auges y
crisis, estarán asociados (en parte) a los vaivenes de los precios del café en
el mercado internacional, Ciertamente cada crisis del café desencadenaba más
conflictos en la ya inestable situación política de una sociedad que buscaba
consolidarse como nación.
Con la aparición del petróleo y la participación del país a través de la
renta, el futuro de las relaciones políticas económicas y sociales de Venezuela
se verán trastocados en unas dimensiones que no podrán ser previstas en lo
inmediato y menos aún en estos primeros años.
Alberto Adriani
(personaje influyente en el gobierno de López Contreras como Ministro de su
gabinete) propuso un proyecto para sacar al país del atraso en el que se
encontraba. Para él, el futuro de Venezuela se encontraba en el desarrollo del
agro y no en el petróleo.
A inicios de los
años treinta la economía del café entrará en un gran declive del cual no saldrá
más; las causas de ello son los problemas que se derivaron de la Gran Recesión de
1929 para colocar el café en el mercado internacional, fenómeno éste que
coincidió con el auge del petróleo en esos años.
a. La Gran
recesión etc. 1929
Conocida como la mayor recesión que ha vivido el capitalismo mundial en
todos los tiempos, esta caída de las economías industrializadas (principales
compradoras de las materias primas que exportaban los países latinoamericanos)
hizo que descendieran abruptamente sus compras en el exterior, lo que se
traducirá en una crisis para los países del continente debido a “no tener” a
quién venderle sus productos de exportación.
Por su parte, la
industria cafetalera en Venezuela se encontraba muy atrasada en comparación a
otros países igualmente dependientes del café, como era el caso de Brasil. Sus
métodos de producción consistían en técnicas tradicionales, lo que le restaba
competividad a la producción nacional en un mercado internacional ya deprimido.
b. Auge del petróleo
En comparación a la precaria situación del café, el petróleo logró una rápida expansión e n pocos años, debido principalmente a
causas exógenas; entre ellas, y quizás la más importante, la Primera guerra mundial. El
rápido crecimiento de la actividad petrolera en Venezuela permitió a que,
llegado los años de la
Recesión Mundial la industria ya estaba bastante desarrollada
en el país.
Estas dos causas levarán a que el café pierda progresivamente toda
importancia como actividad generadora de divisas, para darle paso al petróleo.
Los importantes
cambios registrados en la transición hacia el país petrolero van acompañados de
otros a nivel político, tras la muerte de Gómez. De esta forma, a partir de
1936 se abre un intenso debate con el fin de proyectar un rumbo a la sociedad
venezolana y a la economía en particular, debiendo otorgarle un puesto al
petróleo en el contexto de este debate.
El pensamiento de Alberto Adriani muestra un primer intento por
interpretar la economía nacional y de diseñar un proyecto de lo que ésta
debería ser, insertada dentro del objetivo de modernización capitalista que, de
aquí en adelante, va a caracterizar a todos los Proyectos Nacionales que
veremos.
El proyecto de
Adriani puede resumirse en los siguientes puntos:
a. La agricultura como pilar de la economía
Adriani verá en la agricultura la base de la economía del país. Si bien
considera que su nivel de atraso conspiraba para este fin, sólo en ella y en su
desarrollo la estabilidad y crecimiento económico estaban garantizados.
“Es
en el campo de la agricultura donde se abren amplias oportunidades de actividad
y de riqueza para el país, mediante la modernización y perfeccionamiento de los
cultivos actualmente practicados y la introducción de otros nuevos. Ya se ha
indicado lo que se podría hacer con la industria cafetalera. El cacao es otro
de los cultivos que podría tomar incremento (.) También podría extenderse el
cultivo del tabaco (..) Las maderas, el caucho, el chicle, el Bafatá, etc.,
constituirán durante mucho tiempo una partida importante de nuestras
exportaciones. (.) Sobre estas bases podría desenvolverse una industria
agrícola floreciente, capaz de asegurar un alto nivel de vida a nuestra
población (1) Adriani Alberto (1984)
Labor Venezolanista, Caracas, Academia Nacional de las Ciencias Económicas
Su tesis consistía en el aumento, diversificación y modernización de la
economía agrícola. Para ello se necesitaba la superación de ciertas trabas que
hacían a la producción agrícola ineficiente e incapaz de sortear las
dificultades que la situación de un mercado internacional en depresión imponía.
Así, buena parte de su trabajo, bien fuera desde los cargos que ocupó en
el gobierno o desde sus artículos de prensa y cartas, iba dirigido a formular
propuestas tendientes a modernizar y diversificar al sector agro-exportador.
b. Su visión del petróleo:
Para Adriani, el petróleo no era más que una actividad efímera, en base a
la cual no podía sustentarse el futuro del país. En primer lugar porque ella no
dependía de las fuerza de la economía nacional, sino de enclaves extranjeros, lo que nos hacía dependientes de sus
decisiones y criterios; y, en segundo lugar, porque la cual tarde o temprano
llegaría a su fin, dejando entonces al país igual o peor a como se encontraba
antes del descubrimiento de la mina. No sería más que un sueño pasajero de
riqueza que al agotarse haría renacer nuestras viejas y nuevas carencias.
“No
debemos equivocarnos en la apreciación de los cambios que han seguida al auge
de la industria petrolera en Venezuela; esta industria es precaria; está en
manos extranjeras; es, desde el punto de vista económico, una provincia
extranjera enclavada en el territorio nacional, y ejerce una influencia
relativamente insignificante en la prosperidad económica de nuestro pueblo. No
insistamos sobre lo del petróleo...”(2) Ibid.
Pág. 197
Con estas dos
posiciones, Adriani veía sólo en el desarrollo de la actividad agro-exportadora
la forma cómo Venezuela podía superar sus carencias económicas. El petróleo
era, como tantas otras “Fiebres del Oro”, sólo una riqueza pasajera que
culminaría con el agotamiento de los yacimientos o con el abandono de la
actividad por parte de las compañías extranjeras.
Si bien ya para
1935-36, la riqueza petrolera comienza a dar sus primeros impactos de
abundancia en la economía interna, su uso en consumo suntuario ya se observaba.
Según su posición y sin esconder visos xenofóbicos: “En general, el latinoamericano,
al adquirir un capital más o menos considerable, se preocupa sólo en tras
formarlo en cosas de uso de lujo, y en goces y otros empleos extraeconómicos.
La persona que ha acumulado el capital, o en todo caso, sus hijos, se retiran a
su pueblo, a la capital a París, a vivir de sus rentas, y desertan la
producción” (3) Ibid.
Pag. 297
En Venezuela se había abierto una alternativa distinta (al tradicional
sector agro-exportador) a través del cual adquirir divisas. Sin duda, de no
haberse iniciado la explotación petrolera y con ella la inserción del país a
través de la renta, el proyecto de Adriani hubiera sido la única salida del
país para su modernización. Pero esta otra alternativa (el petróleo) existía y,
lo que es más, progresivamente sus dimensiones superaban cualquier expectativa
hecha en base a la explotación agrícola. De allí que el proyecto de Adriani, en
lo que se refiere a su indiferencia hacia el petróleo, quedará de lado.
En los años siguientes la idea de Adriani sobre la actitud productiva más
que consumista que debe existir en la población y en el destino del excedente
venido de los productos de exportación, prevalecerá; sólo que ahora la renta
petrolera no podía ser ignorada, pasándose así a una reinterpretación del
proyecto original de Adriani, pero ahora en términos de la necesaria
vinculación entre renta petrolera y economía interna.
Mini Biografía de Alberto Adriani:
https://www.youtube.com/watch?v=bELYqeNrHbM
Arturo Uslar Pietri. Tesis mantenida toda su vida
La inserción de la actividad petrolera a través de la renta y el
progresivo desarrollo de la industria, se tradujo en que los ingresos fiscales
por concepto de petróleo aumentaran 6,7 veces entre 1926 y 1938, mientras que
los ingresos provenientes del resto de las actividades de la economía solo
crecieron el doble para ese mismo período. Por otra parte, ya desde 1935 los
ingresos petroleros representaban por sí solos más de la mitad de los ingresos
fiscales totales del país.
De este modo, el petróleo no sólo había desplazado en importancia al
resto de las fuentes ingresos del país (en particular la agro-exportación),
sino que además le había otorgado al Estado un potencial financiero nunca antes
visto en la historia republicana. Venezuela contaba por primera vez del
excedente necesario para intentar avanzar en un proyecto de modernización
siempre y cuando las condiciones políticas y sociales lo permitieran.
A partir de 1936 el proyecto de Adriani, quien simplemente había dejado
de lado la actividad petrolera otorgándole un papel efímero en la economía
nacional, ya no podía seguir sosteniéndose. La importancia del petróleo era
evidente y de ningún modo se debía excluir de los planes de desarrollo; sin
embargo, algunas de sus ideas fundamentales serán reinterpretadas por otros
ideólogos de nuestra historia contemporánea.
A raíz de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez (1935), las fuerzas
políticas del país aparecen en escena y, dentro de un marco de ciertas
libertades, se inicia el debate de qué hacer con la renta petrolera, es decir,
cuál será su destino. En los años que van de 1936 a 1945 un discurso se
impone, y es el de Arturo Uslar Pietri.
a)
Carácter de la renta y su destino
Uslar definirá a
la renta petrolera como un capital en si
mismo, obviando el proceso productivo que le de origen. a. Carácter de la renta
y su destino: “El petróleo no es ni una cosecha ni una renta, sino el consumo
continuo de un capital depositado por la naturaleza en el subsuelo’ (4). Uslar Pietri: Arturo Sumario de economía
Venezolana Pág. 243, Citado en Baptista A. y Mommer B.(1985) La capacidad de
absorción de Capital: El Caso Venezuela, Caracas. PDVSA, Mimeo
Al entender al petróleo como un “capital natural”, su destino no puede
ser otro que la in versión o, lo que es lo mismo, debe destinarse a la
generación de nuevos capitales. Esta visión plenamente identificada con la
lógica del capitalismo se ajusta a la idea de que el capital de una economía
debe reproducir más capital o, al menos, en la misma proporción de lo invertido;
en caso contrario, de consumirse el capital y no haberse creado riqueza con él,
la economías se ha descapitalizado teniendo nuevos capitales que reproducir lo
perdido.
En términos concretos Uslar lo que propone es que el Estado canalice los
ingresos petroleros, a través del gasto público, a la inversión de este
“capital natural” (renta petrolera) en la creación y consolidación de un
aparato industrial capaz de producir bienes y servicios con los cuales
satisfacer las necesidades de la población. De aquí la frase: “Sembrar el
petróleo” (frase de Alberto Adriani, que se le atribuye a Uslar)
Destinar la renta a la inversión lleva a que el Estado financie, a través
de créditos y transferencias, el desarrollo del sector empresarial privado.
Esto no es más que crear una clase burguesa desde el Estado (la cual propiamente
no existía) para que ella fuera la encargada de consolidar la estructura
industrial del país.
En resumen, el
Estado debía distribuir “…sus ingresos en fomentarla vida económica
privada, en subsidios a industrias, créditos a la producción, y ayudas y primas
a la exportación. Esta forma de inversión es la que virtualmente podría alcanzar
a un mayor número de venezolanos y la única que tiene la posibilidad de
introducir modificaciones importantes en el cuadro desolador de nuestra
dependencia. (5) 5 Ob
Cit. Pág. 27
Es en las supuestas características intrínsecas que Uslar le atribuye al
petróleo donde se encuentra la base justificadora de la inversión como destino.
Si la renta puede entenderse como un ‘capital natural’ entonces éste le
pertenece a quien es propietario del capital en una economía de mercado, es
decir, a la burguesía. Por tanto este destino, que se deriva (o legítima) desde
la percepción de su origen, no podía ser otro que la inversión del ingreso
petrolero por parte de la incipiente burguesía nacional.
Estas interpretaciones que hace Uslar en cuanto al origen y destino de la
renta caen en una contradicción de cierta magnitud. La renta, tiene un primer destinatario, y éste es el Estado
venezolano, dado su carácter de propietario; por tanto, en el origen la renta
es un bien público y colectivo. Uslar no cuestiona la propiedad del Estado
sobre los
yacimientos; bien entendía que sólo la unidad que representaba el
Estado y su soberanía permitiría obtener el máximo nivel de renta posible de las
compañías.
Si bien en el origen la renta es un bien público, en el destino se
convertía en un bien privado, más aún, en propiedad de un sector específico de
la sociedad. Por entender al petróleo como un “capital natural”, Uslar puede
pasar de asumir al petróleo como algo colectivo en su origen a considerarlo un
capital privado en su destino, categorías éstas por lo demás excluyentes dentro
de las ideologías de la economía política.
Llegados aquí,
cabe hacer un primer juicio de este Proyecto Nacional. Al entender la renta
como un “capital natural”, la conclusión es que éste debe ser invertido y no
consumido (aspecto éste último sobre el que volveremos más adelante); en el
mismo sentido se está dejando fuera de la distribución de la renta a todos
aquellos que no participan en la dinámica económica a través de la inversión,
es decir, a los trabajadores, a pesar de que éstos son mucho más numerosos.
Entonces ¿la propuesta de Uslar no deja de lado a los grandes grupos nacionales
y, por consiguiente, no se pretende con esto beneficiar a las élites?
En cierta forma lo anterior puede contestar- se con una afirmación; pero
las cosas no son tan simples.
En el pensamiento de Uslar, firme creyente de las virtudes del
capitalismo, el destinar la renta a la inversión permitiría la creación de
empresas e industrias, cuya riqueza se distribuiría en forma de sueldos y
salarios a los obreros de tales industrias, y podría “alcanzar a un mayor
número de venezolanos”. Sin caer en la discusión de la verdad o no de tales
supuestos (discusión ésta que nos llevaría muy lejos rebasando nuestro objeto
de estudio), sólo podemos referirnos a las dudas que se presentan sobre las
“virtudes” de destinar la renta preferencialmente a la inversión, cuando
cincuenta años de esta práctica dan por saldo un país donde la brecha entre las
clases se ha pronunciado.
Ahora bien, el destino de la renta a la inversión no se justifica
solamente por los “beneficios” que ella reporta, sino también por los ‘males
que se evitan” al no destinar la renta al consumo; en otras palabras, al
aumento en los salarios y al mejoramiento en las condiciones de vida de la
población.
b. El trabajo productivo
Buena parte de
la preocupación de Uslar tiene que ver con las actitudes facilitas y poco
ajustadas a las virtudes del trabajo que la renta petrolera podía desencadenar
en la sociedad venezolana.
Esta idea, ya
asomada por A. Adriani, se basaba en que, al disponer el país de una riqueza
tan abundante como el petróleo y al no provenir ésta de las relaciones económicas
internas del país, el peligro de que la riqueza fácil corrompiera a la sociedad
siempre estaba presente.
Para Uslar todo
ingreso adicional que recibiera una persona, institución o país, que no se
derivara del esfuerzo que precede al ingreso mismo, lleva al despilfarro.
De esta forma en
la medida en que el ingreso petrolero se destinara al consumo, lo que se estaba
haciendo era corromper a la sociedad y su capacidad de “sacrificio” en favor
del bienestar. Negar la posibilidad de que el petróleo se destine a solucionar
en el corto plazo las carencias de la población, dado el prejuicio moral que
ello implicaba, es otra forma de argumentar en favor de la inversión como único
destino posible de la renta petrolera. En palabras de Uslar:
«El verdadero
mal, el mal casi irreparable, (...) está en que (...) se ha pervertido,
Dios sabe hasta qué profundas fibras, el sentido de economía del pueblo
venezolano. Se le ha enseñado, en todas sus capas sociales, a desdeñar el
trabajo por el maná, a pensar en términos de magia y no de contabilidad, a
perderla noción de los precios, de los costos y del equilibrio económico
(6) Uslar Pietri, Arturo:
Venezuela en el petróleo Pág.117, Citado en Baptista y Mommer
Este tipo de
comentarios serán frecuentes en Uslar Pietri, en particular cuando se encuentra
en la oposición, a partir de 1945, cuando la Revolución de Octubre
deponga el gobierno de Medina y se inicie un nuevo Proyecto Nacional algo
distinto al propuesto por Uslar.
Bibliografía:
Tomado de
España Pedro
Luis (1998) Venezuela y su Petróleo, Curso de formación sociopolítica 11,
Caracas. Centro Gumill.