miércoles, 3 de octubre de 2018

La aplicación del conocimiento, la tecnología y el aprovechamiento de los recursos del indígena venezolano


   Cultura Chibcha, Arawak y Caribe

Los chibchas o muiicas integraron una comunidad de cierta cultura, aunque no llegaron a igualar a la de los mayas, los aztecas y los incas. Se asentaron en el territorio que hoy corresponde a la República de Colombia y de allí se extendieron al territorio de los andes Venezolano. Para el momento de la llegada de los españoles, se calcula que los chibchas eran aproximadamente, 120.000.

Al igual que en el resto de América, los chibchas tuvieron como base de su economía el maíz. Se dedicaron activamente a la agricultura, cultivando con éxito papa, yuca, coca, apio.

Utilizaron un avanzado sistema de riego, tanto en las partes bajas como en las terrazas. 

La tarea agrícola se les facilitó porque la tierra estaba en función social, especie del estilo de los incas. Era la tierra, pues, propiedad colectiva, no pertenecía a nadie en particular sino a la comunidad, aunque en definitiva el dueño de las tierras era el gobierno, cuya máxima autoridad era el Zipa.

En Venezuela la cultura Chibcha está representada por las comunidades Timotes y Cuicas o como también se les llama Timotocuicas.

Los arawak estaban localizados en el golfo de Paria y se concentraban desde el Sur del delta del Orinoco, hasta la desembocadura del Amazonas.

Estos indígenas conocidos por su mansedumbre y docilidad con los conquistadores españoles, fueron aguerridos enemigos de los caribes: «…los aruacas [arawak] es gente muy amiga de los cristianos y de otros indios siempre que no coman carne humana, y son enemigos mortales de otros indios que se llaman caribes, y los odian…» Los arawak tenían sus asentamientos en las riberas de los ríos. «…Dicen que vinieron de donde sale el sol en unos navíos y costearon aquella costa, y porque hallaron aquellos ríos tan fértiles (...) se metieron en ellos e hicieron amistad con los caribes que los poseían. Que viendo las costumbres de los caribes que eran malos y comían a otros indios, se alzaron contra ellos y en grandes guerras los echaron de los dichos ríos, y se quedaron ellos como posesores y poblados en ellos», escribía Rodrigo de Navarrete en 1750.

Los caribes estaban localizados en la costa, entre Paria y Borburata y en los alrededores del lago de Maracaibo; también ocuparon las islas vecinas al Norte de la isla de Trinidad y las márgenes del Orinoco y sus afluentes. 

Los caribes eran temidos por su destreza en la guerra, por la práctica del canibalismo y por el comercio de esclavos.

 

 
La aplicación del conocimiento, la tecnología y el aprovechamiento de los recursos del indígena venezolano



EL USO DE LOS RECURSOS
Con la práctica de la caza, la pesca y la recolección, los primeros pobladores de nuestro territorio utilizaron los recursos que les propiciaba la naturaleza. Probablemente la subsistencia en el interior del territorio requirió de los pueblos indígenas el conocimiento de los ciclos biológicos de los recursos vegetales, para disponer de frutas, semillas y granos, además de suelos fértiles.
EL APROVECHAMIENTO DEL AGUA
El agua fue el principal recurso natural para los pueblos indígenas que poblaron el territorio venezolano. Por ello, sus aldeas se localizaron casi siempre en la cercanía de fuentes naturales de agua dulce, como ríos, lagos y lagunas, que aseguraban este líquido indispensable para la vida. En muchos casos, llegaron a construir sus viviendas sobre las mismas aguas, como los palafitos del lago de Maracaibo.
Además, los ríos y los lagos proporcionaban alimento seguro: peces, especies terrestres que se acercaban a sus riberas a beber agua, y toda clase de animales acuáticos.
El agua fue utilizada por los indígenas para preparar sus comidas, para el aseo personal diario y, en otros casos, para curar las fiebres y otras enfermedades mediante inmersiones.
Los ríos y los mares se convirtieron en vías de comunicación surcadas por canoas, curiaras y balsas, construidas con diferentes materiales, especialmente troncos de árboles. Para las comunidades agrícolas, el agua constituía un elemento de gran importancia, debido a que su presencia garantizaba las cosechas. De allí que la mayoría de los indígenas practicaban ritos religiosos dirigidos a provocar las lluvias y conjurar las sequías. Comunidades como los timote y los kuika realizaron obras para almacenar sus productos y regar las tierras de cultivo.
EL APROVECHAMIENTO DE LOS SUELOS
Los suelos fueron aprovechados de diferentes formas por pobladores originarios de Venezuela.
Las parcialidades de recolectores, por ejemplo, obtenían del suelo raíces, tubérculos, roedores, gusanos e insectos, que servían de alimento.
Las parcialidades de agricultores aprovecharon las tierras fértiles para sembrar plantas, como el maíz, la papa, la yuca y otros frutos.
El barro se utilizó en la elaboración de vasijas, ídolos y otros objetos. Igualmente, fue aprovechado para la construcción de casas de bahareque.
Algunas comunidades lograron extraer del suelo minerales como la sal, que fue de suma importancia, y el oro, que usaban como adorno sin valor de cambio.
EL APROVECHAMIENTO DE LA VEGETACIÓN
La vegetación tropical de los bosques y las sabanas ofreció a las comunidades indígenas una fuente casi inagotable de recursos y materiales que les permitió sobrevivir a pesar del escaso desarrollo tecnológico que tenían.
Los árboles proporcionaron frutos comestibles y fibras para la fabricación de tejidos, cestas, redes y cuerdas, y para la elaboración de hamacas; además de la madera necesaria para la construcción de viviendas, embarcaciones y utensilios de trabajo.
En los bosques y las selvas, los indígenas practicaron la tala limitada para construir sus aldeas y ampliar las áreas de cultivo. Sin embargo, esta práctica nunca puso en peligro el equilibrio de la vida vegetal, pues la deforestación sólo se hacía para satisfacer las necesidades inmediatas de la comunidad.
En las sabanas, las comunidades indígenas aprovecharon la gran variedad de hierbas, tanto para el uso alimenticio como el medicinal.
La práctica de la quema, con la finalidad de limpiar los terrenos agrícolas, no afectó la vida de la flora y la fauna silvestres ni las puso en peligro.
El carácter local de tales actividades y el abandono de las tierras afectadas facilitaban la recuperación de los suelos y la vegetación en breve tiempo.
EL APROVECHAMIENTO DE LA FAUNA SILVESTRE
La actividad de captura y caza de animales silvestres fue otra importante fuente de recursos alimenticios de las comunidades indígenas.
La caza del venado, el chigüire, la lapa, así como la captura de tortugas, iguanas y culebras y la recolección de huevos de aves y reptiles se realizaron respetando las épocas de apareamiento y reproducción de los animales y sólo se practicaban si eran necesarias.
CULTURA NO CONTAMINANTE
Los indígenas venezolanos no produjeron materiales contaminantes de tipo sólido ni químico que afectaran las aguas de los ríos, los lagos y los mares. La mayor parte de sus desechos eran orgánicos, y el medio pronto los absorbía; además, eran muy escasos, y en su mayoría se enterraban o quemaban, y así se preservaba el ambiente.
 SABER MÁS
Recientes investigaciones indican que los timote y los kuika intercambiaban productos agrícolas, sal y tejidos hechos con algodón por el pescado de las comunidades karibe ubicadas al sur del lago de Maracaibo. Arqueólogos y etnólogos han comprobado la existencia de una red de comercio en la que los actuales estados Barinas, Apure, Cojedes y Portuguesa fueron áreas que estuvieron vinculadas comercialmente con la zona andina, costa caribe y cuenca del Orinoco. También se tiene información de la utilización de caracoles de agua dulce como monedas.

Entre las destrezas que poseían los indígenas en el campo de batalla, una de las que destacó fue la de manipular y conocer venenos que actuaran rápidamente en el cuerpo del enemigo. Se sabe que muchas de estas sustancias las utilizan actualmente.
Los indígenas son tan diestros en la aplicación del veneno que pueden incluso rebajarlo para introducirlo mediante dardos en monas titi cuando están preñadas, ya que sólo de esta forma pueden domesticarlos.
Si observamos un indígena con un pequeño mono en su hombro, es probable que lo haya conseguido con esta técnica.



BIBLIOGRAFÍA 
Arocha José y Delgado Miguel (1964) Patria Gloriosa, Historia de Venezuela,
Caracas, Editorial Salesiana.
Editorial Santillana,
Historia de Venezuela

Fundación Polar (1998) Diccionario de Historia de Venezuela (CDROM) Caracas

 solo para uso educativo


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